miércoles, 10 de marzo de 2010

microcuento



I

De qué me sirven las palabras
Si no es para decirte
Que me gusta tu altura en el marco de mi puerta
Que la blancura de mis sábanas combina con la tuya
Que el año me ha sorprendido magnánimamente

II

Qué cosa tan extraña esta
De querer comerte la boca siempre
De buscar un olor casi casi imperceptible
Que me dejas en los hombros y en las manos
Que me dejas con las manos y con los hombros

Qué cosa tan insalubre esta
De tener un globo rojo en mi comedor
De mirar el móvil disimuladamente
Como si engañarme lo hiciera mejor

Y mientras termino este último cuasi verso
El celular me grita y quizás
Ni seas tú ni seré yo

III

Hoy ofendo a mis amantes viejos
Haciendo la cama por si vienes
Y en las mañanas la observo destruida
Y me siento victoriosa

IV

Ando contigo debajo de las uñas
Y me paso jugando a que me adivines la desnudez
O mejor aún que me la rememores

V

Te veo en mi cama y me duele en los huesos
Tengo un taco perpetuo en la garganta
Y un jaleo que tiene el mismo horario que yo

VI

Hacen falta cuerpos grandes en esta casa
Falta tu palidez sin contraste con mi cama
No me salen las sonrisas esas vulgares
No hay ruidos en este espacio sin percusión

VII

Luego recuerdo que no exististe
De mí se burla hasta mi imaginación

Con toda la inocencia que parece quedarme
El despiste se me ha regado hasta detrás del ombligo
La miopía baja hasta la raíz de mis piernas
Ya no quedan olores, sabores ni dolores
Sólo unos ecos tan lentos como yo
Que no pudieron seguirle la pista
A ese cuerpo tan grande como perdido
Que se cree que merodea
Y sin embargo sólo queda
Otro amigo inventado,
Pintado en la memoria de mi habitación.