domingo, 11 de abril de 2010

corrida




Algunos viernes me hace falta que me mientan
(en la cara) como en los viejos tiempos.

Y ahora corro por una hora casi por necesidad
Veo los minutos que se acaban y quisiera aumentarlos
A veces corro como si huyera
El resto como si intentara alcanzar a alguien
Corriendo a los que huyen
¿Será que han sido tantos?
Siempre corre más rápido el perseguido
y mi hermanita tiene razón y estoy exhausta
las millas que corro dependen de la música
como todo en la vida, en la mía
las canciones que duelen me llevan a la decena
¿quién lo hubiese dicho?
que corro para acelerarme el corazón
para que me sude la columna
como quien suda una fiebre a la fuerza
pierdo pulgadas de dos en dos
como se pierden los amantes
y mis caderas ganan, los/las ganan
y la costurera no entiende
que mi corazón está cerquita de mi ombligo
por algo me lo pusieron tan arriba (el ombligo)
y al otro tan contraproducentemente abajo
y a veces el mejor momento de la semana
es hacerle el amor a la regadera
tengo el control del agua dice mi vidente
a quien tengo abandonado por miedo
un miedo que tengo clavado en el vientre
miedo de que me vuelva a decir
más verdades infalibles y por lo mismo dolorosas
por eso quiero que me mientan
que me canten nanas por las noches
que me desenreden el pelo
mientras me tararean ay turulete
y quisiera sentir la tinta cuando me despierto
un relieve en mis costados
como otra herida de guerra
me sigo tocando el cuerpo
mañana tras mañana
rogando que no falte nada
con una almohada entre las piernas
aunque pierda la de la cabeza
cuerpo caprichoso a fin de cuentas
ahora tengo las mismas piernas flacas
con un hambre inmensa de correr
con la misma necesidad
con que mis oídos piden mentiras
con la misma necedad con la que perdono
con la misma testarudez con la que olvido
con la misma idiotez con la que sueño
con la misma niñería con la que juego a amar,
¿qué son los cuentos de hadas?
si no unas mentiras hermosas
el primer acercamiento a los polvos mágicos
la carnada perfecta para pescar sapos
un pie forzao’ para soñar
una licencia para mentir
una excusa para esperar
y ya cuando la espera
(poción mágica al fin) se acaba
como el arsénico en botellita de cristal
el único antídoto es correr,
correr sin saber a dónde ni por qué.

1 comentario:

Kayla S. dijo...

Ese título está medio sugestivo...

Para de correr... detente... y quien sabe...