jueves, 3 de julio de 2008

Pequeñas Tragedias

Cuando se acaba el papel del baño.
No tener menudo para pagar el peaje.
Encontrar una canción en la radio que te fascina, justo cuando se está terminando.
Una ATH dañada.
Un semáforo dañado.
Un aviso de inundación en medio del programa favorito de uno.
Que se le acabe la batería al celular.
Olvidar la toalla después de meterse a bañar.
Que un pájaro te cague el carro.
Que llueva justo después de lavarlo.
Que se encoja una camisa en la secadora.
Que no suene el despertador.
Un baño sin zafacón.
Llegar a la nevera y que alguien se haya comido eso por lo que llevabas salivando todo el día.
Una rebaja el día después de comprar.
Perder un botón.
Que el zipper (cremallera) se atasque.
Andar con el zipper abierto.
No poder quitarte una camisa en el probador.
Manchar la ropa con desodorante.
Que se te pille la falda en la ropa interior y no te des cuenta.
Andar con un pedazo de papel de baño pegado en la suela del zapato.
Pisar goma de mascar.
No darse cuenta y pegarlo en el pedal del carro.
Tirar una goma de mascar por la ventana del carro y que se pegue en tu propio carro.
Pisar un hormiguero.
Las hormigas devorando una dona que dejaste para desayunar.
Un café frío.
Tener alergia en el carro y no tener servilletas.
Ir a tu restaurante favorito y que se haya acabado el plato por el que fuiste.
Un refresco sin soda.
Que se venza el marbete.
Que te den una multa de tráfico.
Que se pierdan las llaves.
Dejar las llaves dentro del carro, con el auto encendido.
Que se dañe el acondicionador del aire.
Que se te pierdan los espejuelos y no los puedas encontrar porque no ves sin ellos puestos.
No colgar bien el teléfono y que alguien escuche lo que decías pensando que habías colgado.
Que no acepten tarjetas de crédito, ni ATHs.
Tener una ATH pero comprar algo que no llegue al mínimo del establecimiento.
Perder la licencia.
Que se te rompa un taco.
Que no haya carritos de compra disponibles.
Que un carrito de compra golpee tu carro.
Que la persona que está frente a ti en la fila expreso del colmado pelee por un precio o le rechacen la tarjeta.
Llegar a pagar justo cuando están cambiando de turno y tienen que cuadrar la caja.
Venir del colmado y darse cuenta al llegar a la casa, que faltó algo.
Que sólo quede la primera fila en el cine.
Darse un golpe en un codo, o en la espinilla.
Que se te empañen los espejuelos.
Cortarse las uñas y pasarse un poquito de la raya.
Limón en una cortadura.
Cortarse con papel.
Morderse uno mismo.
Quedarse dormido y agarrar una insolación (con gafas puestas).
Salir un momento al colmado hecho una porquería y encontrarse un ex.
Que se te meta agua por la nariz, en la playa.
Que el ginecólogo sea joven o peor aún, guapo.
Encontrarte a tu ginecólogo fuera de la oficina.
Un mal recorte.
Burlarse de alguien sin saber que es familia de quien te escucha.
Que sólo sirvan la cerveza en vaso.
Un pelo en la comida.
Un bebé gritando en un avión. (al lado o atrás tuyo)
La gente hablando en: el cine, el teatro, una lectura de poesía, la presentación de un libro, etc.
Ir a un concierto y que la persona de atrás cante todas las canciones fuera de entonación.
Comprar dos taquillas para un concierto supuestamente una al lado de la otra y tener un pasillo entremedio.
Tener que darle la paz en la Iglesia a alguien que se pasó la Misa tosiendo o explorándose la nariz.
Alguien con mal olor en un autobús.
Alguien con mal aliento.
Que te encante alguien y no sepa besar…
Encontrarte a alguien que conoces pidiendo dinero en una luz.
Olvidar el cumpleaños de alguien que nunca olvida el tuyo.
Que te salga un orzuelo.
Que tu carro que acabas de alinear caiga en un boquete/cráter en la carretera.
Pasarse la salida y caer en un tapón por más de una hora.
Pedir entrega a domicilio y no tener efectivo.
Que no haya agua caliente.
Que se vaya el agua.
Que no haya luz.
Quemar la comida.
Salar la comida.
Preguntarle a alguien por el marido y que la haya dejado brutalmente.
Felicitar a una embarazada que no lo está.
Preguntarle a alguien por su embarazo y que ya no haya embarazo.
Decirle a alguien que linda la nena y que sea un nene.
Que un amigo tenga un bebé feo y tener que decirle que es gracioso, despierto, alerta, simpático.
Que el día que conoces a tu suegra, te cocine exactamente esa comida que detestas.
Encontrar una errata en algo que ya se publicó.
Que escriban mal el nombre de uno en un documento oficial.
Que te digan mal tu nombre, después de conocerte por años.
Que alguien que no soportas te adore por alguna extraña razón.
Invitar a alguien a salir y que sea un quejoso.
Ponerte unos zapatos incómodos para salir a bailar.
Que se te rompa una maleta.
Que te deje un avión (bueno esa tragedia es bastante grande).
Que te escojan al “azar” para registrarte en el aeropuerto.
Estar enfermo del estómago en un avión.
Cuando en el detector de metales sigue sonando algo y te sigues quitando cosas y no se sabe lo que es.
Que se pierdan tus maletas.
Escoger un hotel por Internet y que apeste o esté a las afueras de la ciudad.
Pasarse semanas sin tener nada que hacer y luego tener tres invitaciones buenísimas para el mismo día, a la misma hora.
No conseguir estacionamiento.
Que cierren el estacionamiento con tu carro dentro.
Buscar el carro en el piso que no es y creer que lo han robado.
Estar en un servicarro por más de 20 minutos y no poder salir porque hay carros detrás.
Un cajero en un café que insiste en que pruebes algo nuevo.
Que te despistes en un centro comercial y cuando te fijas te están poniendo una crema en las manos de prueba.
Que te echen un perfume para probar y ya tenías uno puesto.
Tratar de pagar algo por teléfono y no lograr hablar con un representante humano.
Cuando la conexión al Internet está lentísima.
Cuando se cae el maquillaje al piso y se desgrana.
Cuando se desgrana dentro de la cartera.
Cuando llueve tan pronto llegas a la playa.
Cuando tratas de encender un fósforo y el viento lo apaga una y otra vez.
No poder abrir un pote y no tener quien te ayude.
No alcanzar una pieza de ropa en una tienda porque está muy alta.
Que la dependienta te regañe por usar el gancho para bajarlo.
Que tu talla sea la última en el tubo.
Que no haya tu talla.
Ir al cine sola y no poder ir al baño por perder el asiento.
Un piropo flojo.
Que te regalen algo que no te guste nada y no poder disimularlo.
Hacer una fila larga y cuando al fin te toca te dicen que no era ahí que tenías que hacer la fila.
Encontrar la tarjeta electoral al otro día de las elecciones.
Vivir en una isla y ser alérgico al bloqueador solar.
Sentirse miserable en el segundo país más feliz del mundo.

Somos felices, dicen los estudios, la gente se suicida porque le pasan más de cinco de estas pequeñas tragedias en un día.
Nosotros los felices, no podemos manejarlo, por eso al final del año habrán muerto más puertorriqueños voluntariamente que en la guerra de Irak, porque allá, mueren accidentalmente.
FRIENDLY FIRE MOSTLY.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno es que si te pasan cinco, sí está como para matarse. Te añado una que me ocurrió un día de esos: salir de la ducha sin quitarse el champú. Por la tarde tuve un accidente...

Mirna Estrella Pérez dijo...

Yo quiero contar una también!

Pasarte el maldito autoexpreso, por venir de chismosa con la amiga y terminar debiéndole 101 dólares al mismo Gobierno que te debe 400 de incentivo laboral!

Abrazos.

edmaris dijo...

se me olvidó una magistral: echar algo en la basura y que la bolsa esté rota!

Diana Margarita dijo...

Yo tengo el combo! Sucedió el viernes!

Que el chico que te gusta viene a tu fiesta de cumpleaños con un regalo. Lo abres frente a él y es un libro (ambos somos filólogos) le das las gracias, hojeas el libro, pero no ves la dedicatoria que dice "con esperanzas de otros cumpleaños juntos"... que desastre! y para más te pregunta qué mas te han regalado y le dices que otro libro (uuuupppss, porque te lo han dado en secreto ya que es un libro de poesía que EL escribió... sí, es poeta) y le dices que no lo has abierto aun, sólo sabes que es un libro... que mentira más horrible.

Aun estoy esperando que me conteste el text disculpándome de mi despiste.

A. Rodríguez dijo...

Que descubras que el chico que te llama la atención se ríe como Johanna Rosaly con tres copas encima.

Desvalijadas dijo...

jajaja, esto es una reacción a m.a. virides. buenísimo. pesadilla.